EL PROCESO DEMOCRÁTICO EN LA GESTIÓN DE POLÍTICAS PÚBLICAS DE LOS CONSEJOS COMUNALES DEL ESTADO MÉRIDA - VENEZUELA[1] THE DEMOCRATIC PROCESS IN THE MANAGEMENT OF PUBLIC POLICIES OF DE COMMUNITY COUNCILS OF THE ESTATE OF MÉRIDA - VENEZUELA Gómez Ojeda, Noraida[2]

 

Orinoco. Pensamiento y Praxis/ Ano 11 / Nro 15/ Pp. (23-44). Multidisciplinarias/ISSN 2244-8314/ Organismo responsable. Asociación Fraternidad y Orientación Activa/ Editorial. Fondo Editorial ORINOCO Pensamiento y Praxis. Indizada/Resumida en los directorios de Latindex, ficha/20344, adherida a la Red Latinoamericana de Revistas Académicas en Ciencias Sociales y Humanidades (LatinREV) de FLACSO Argentina y en Dialnet de la Universidad de la Rioja. Ciudad Bolívar. República Bolivariana de Venezuela.

 

 

 

EL PROCESO DEMOCRÁTICO EN LA GESTIÓN DE POLÍTICAS PÚBLICAS DE LOS CONSEJOS COMUNALES

DEL ESTADO MÉRIDA - VENEZUELA[1]

 

THE DEMOCRATIC PROCESS IN THE MANAGEMENT OF PUBLIC POLICIES OF DE COMMUNITY COUNCILS OF THE ESTATE OF MÉRIDA - VENEZUELA

 

Gómez Ojeda, Noraida[2]

 

 


 

 

RESUMEN

 

El renovado interés por la democracia participativa desde diversos espacios y disciplinas conllevó a explorar los procesos de construcción de la participación en la democracia venezolana a partir de la Constitución de 1999. Metodología: Bajo una perspectiva cualitativa y siguiendo la teoría del socio-construccionismo, empleando entrevistas y grupos focales, se propuso conocer la percepción que tienen los voceros de los Consejos Comunales (CC) en relación a la participación y el proceso de elaboración y ejecución de políticas públicas. Resultado: Se pudo conocer, que cada CC vive un proceso de organización y gestión, distinto, no hay uniformidad; no hay mucha conexión con los términos “elaboración” y “ejecución” de políticas públicas, los voceros de los CC prefieren hablar de gestión y planificación. Conclusión: Si hay gestión de políticas públicas, y un acercamiento tímido hacia la formulación de las mismas, lo cual implica tanto para las instituciones y los propios CC, que debe darse un cambio orientado a fortalecer los aspectos organizativos y de funcionamiento de los CC, y esto pasa por la revisión metodológica de la formación, hacia y desde estas organizaciones comunitarias. La investigación concluyó en la necesidad de revisar los procesos formativos y solicitudes hechas a los CC, en cuanto a responsabilidad y actividades de gobierno comunitario.

 

Palabras claves: democracia; participación; gestión; política pública; Venezuela

 

ABSTRACT

The renewed interest in participatory democracy from various spaces and disciplines led to exploring the processes of construction of participation in Venezuelan democracy from the 1999 Constitution. Methodology: Under a qualitative perspective and following the theory of socio-constructionism, using interviews and focus groups, it was proposed to know the perception that the spokespersons of the Communal Councils (CC) have in relation to participation and the process of elaboration and execution of public policies. Result: It was known that each CC lives a different organization and management process, there is no uniformity; there is not much connection with the terms "elaboration" and "execution" of public policies, the CC spokesmen prefer to speak of management and planning. Conclusion: If there is management of public policies, and a timid approach towards their formulation, which implies both for the institutions and the CCs themselves, that there must be a change aimed at strengthening the organizational and operational aspects of the CCs, and this goes through the methodological review of training, to and from these community organizations. The investigation concluded on the need to review the training processes and requests made to the CCs, in terms of responsibility and community government activities.

 

Keywords: democracy; participation; management; public politics; Venezuela

 

 

Resumo

O interesse renovado pela democracia participativa de diferentes espaços e disciplinas levou a explorar os processos de construção da participação na democracia venezuelana desde a Constituição de 1999. Metodologia: De uma perspectiva qualitativa e seguindo a teoria do sócio-construcionismo, utilizando entrevistas e grupos focais, o objetivo foi descobrir a percepção dos porta-vozes dos Conselhos Comunitários (CC) em relação à participação e ao processo de elaboração e execução de políticas públicas. Não há uniformidade; não há muita conexão com os termos "elaboração" e "execução" de políticas públicas; os porta-vozes dos CCs preferem falar de gestão e planejamento. Conclusão: Existe uma gestão das políticas públicas e uma tímida abordagem para sua formulação, o que implica tanto para as instituições como para os próprios CCs, que deve haver uma mudança visando fortalecer os aspectos organizacionais e operacionais dos CCs, e isto envolve uma revisão metodológica do treinamento, de e para estas organizações comunitárias. A pesquisa concluiu que há necessidade de rever os processos de treinamento e as solicitações feitas aos CCs, em termos de responsabilidade e atividades de governança comunitária.

Palavras-chave: democracia; participação; gestão; política pública; Venezuela.

[1] Para citar este artículo de investigación:

Gómez, N. (2022) “El proceso democrático en la gestión de políticas públicas de los consejos comunales del estado Mérida - VenezuelaRevista Orinoco Pensamiento y Praxis/ Multidisciplinarias/ ISSN 2244-8314. 11 (15), pp. 23-44.

 

[1] Gómez Ojeda, Noraida, Politóloga, Magister en Ciencia Política por la Universidad De Los Andes. Diploma de Estudios Avanzados de la Universidad de Salamanca - España. Doctora en Ciencias por la Universidad Simón Bolívar, Docente de la Universidad Politécnica Territorial del Estado Mérida “Kléber Ramírez”. Correo electrónico: ojeda767@gmail.com.Teléfono: +58414/7439614. https://orcid.org/0000-0002-7675623X

Recibido 22-03-2022- Aceptado para su publicación 15-07-2022

 

 

INTRODUCCIÓN

El creciente interés por los temas de participación ciudadana en la democracia no es un asunto nuevo ni exclusivo de América Latina, menos de Venezuela, tal como lo demuestran las publicaciones de organismo internacionales como la Organización de Naciones Unidas (ONU) con la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948), El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (1966), El informe La Democracia en América Latina (Hacia una democracia de ciudadanas y ciudadanos) (2004) donde se expone la gran paradoja de la región con más de 20 años consecutivos en democracia y es la región más desigual del mundo[3]; “Nuestra Democracia”, informe elaborado por la ONU en 2010 en el cual se destaca la importancia de la participación como mecanismo para la superación de la crisis de representación y la valoración de la independencia de los poderes; así como las diferentes resoluciones de la organización, donde manifiestan su compromiso y deber de trabajar en pro de la búsqueda de la paz por medios pacíficos y en el cual se establecen como bandera los valores de libertad, igualdad, solidaridad, tolerancia y respeto a la soberanía de todos los Estados (Resolución 55/2 de 2000, Resolución 60/1 de 2005).

La democracia es aceptada como la mejor forma de gobierno, sin embargo, la democracia no es un punto de llegada, es importante, pero por si misma tampoco resuelve nada, es una herramienta para resolver problemas, lo cual no significa tener una visión utilitaria de la misma, antes bien, la valoración histórica que separa a la democracia como un procedimiento y como un fin, no son antagónicas, por el contrario, se complementan. Pero ¿cómo llegar a un consenso de lo que todos los ciudadanos quieren? Y la respuesta es a través de las elecciones, que son un mecanismo necesario aunque no suficiente tal como lo ha señalado Dahl (2004).

De manera que, la democracia plantea grandes retos que incluso varían de una sociedad a otra según las preferencias de los ciudadanos, de allí que confluyan en su análisis multiplicidad de factores que la hacen en mayor o en menor medida un sistema de gobierno “orgánico” (si pudiese llamarse así) puesto que habría que aceptar que tiene sus variaciones, lo que no la hace mejor o peor dependiendo de la sociedad y esto es parte de lo que Boaventura de Sousa llama “demodiversidad” (1998, p. 7). Ahora bien, aceptar que la democracia tiene sus variaciones no significa que no pueda ser comparada, es decir, la idea que se quiere rescatar es que esta es dinámica y posee un acumulado histórico fruto de la evolución de la sociedad.

La investigación partió de la necesidad de observar los procesos de construcción de políticas públicas y observar los métodos de participación en la democracia desde la base, esto es, desde la vocería del Consejo Comunal (en adelante CC) que es la organización comunitaria en el caso venezolano, sobre la cual se impulsa, en gran medida, el proceso de participación, es decir, desde la base de las comunidades, desde la perspectiva de ese ciudadano que se esfuerza por salir adelante, que trabaja y que aspira a mejorar las condiciones de vida para sí y para su comunidad. Empero, para que se den los cambios en la comunidad desde la participación ciudadana, es menester alcanzar ciertos niveles de organización y planificación que le den coherencia y sistematicidad a la incorporación de la colectividad en los procesos de intervención de políticas públicas.

En el caso venezolano, si bien se observan procesos de participación directa desde mediados del siglo XX (Vid. López, 2011, p. 8 y sgts.), el impulso de estos procesos participativos a partir de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999, es algo sin precedentes en la historia del país, al menos posee rasgos distintivos que marcan importantes diferencias en los procesos de organización y participación comunitaria, por ejemplo, lo referente a los financiamientos de proyectos comunitarios.

La democracia participativa en Venezuela a partir de 1999

Los dos intentos de golpe de Estado de 1992 confirmaron una nueva perspectiva social y política en la población venezolana y un cambio en la cultura política que en el proceso político electoral (elección presidencial 1998) y posteriormente la Asamblea Nacional Constituyente y una nueva Constitución (1999), se evidenció.

Algunos autores, a pesar de ciertas observaciones y/o críticas (dilema entre representación y participación, Constitución “larga, rígida y compleja”, otros), como Combella (2004), Vallenilla (2004), Viciano P. (2004), por ejemplo, convienen en considerar que la Constitución de 1999 significa un avance respecto de la Constitución de 1961, en materia ambiental, indígena, participación ciudadana, entre otras. La concepción integral de la participación ciudadana es acogida por la nueva Constitución, constituyéndose en una base programática del modelo de Estado, un principio político que se manifiesta de diversas maneras en el texto constitucional. Desde su preámbulo la Constitución de 1999 plantea “(…) refundar la República para establecer una sociedad democrática, participativa y protagónica (…)” (c/n), de ahí en adelante se habla en Venezuela de democracia participativa y no de democracia representativa, proceso en el cual el protagonista es el pueblo.

Surgimiento de los Consejos Comunales

Con el objeto de concretar la participación del pueblo según la Constitución 1999, surge, en un primer momento, un andamiaje jurídico entre los que se encuentra la Ley de los Consejos Locales de Planificación Pública (12 de junio de 2002) y la Ley de los Consejos Estadales de Planificación y Coordinación de Políticas Pública (20 de agosto de 2002), las cuales crearon un escenario para la práctica de la planificación participativa. En la primera ley, se habla por primera vez de los Consejos Parroquiales y Comunales, las cuales eran creados a través del Consejo Local de Planificación Publica, empero, no es sino hasta el año 2006 cuando se impulsa abrumadoramente la creación de los Consejos Comunales (CC) y se crea la primera ley que regirá este tipo de organización comunitaria, bajo la coordinación del otrora Ministerio de Participación y Desarrollo Social (MINPADES) junto a otro equipo integrado por la Fundación para el Desarrollo de la Comunidad y Fomento Municipal (FUNDACOMUN) (Fundación para el Desarrollo y Promoción del Poder Comunal (FUNDACOMUNAL) a partir de 2009), Alcaldías, a través de la respectivas oficinas de dirección de participación ciudadana, y por supuesto las gobernaciones.

La participación comunal de Venezuela en cifras.

Para el 2019, denominado año de la “Ofensiva Comunal”, se presentan las siguientes cifras oficiales: 47.894 Consejos Comunales constituidos en el país ordenados en: Consejos Comunales Indígenas 2.626, Consejos Comunales Rurales 23.317 y Consejos Comunales Urbanos 21.951, integrando 6.407.651 familias y 22.426.777 personas representando el 73,6% de la población venezolana. Hasta abril de 2019, se cuenta con 3.105 Comunas registradas. Histórico de registro: Año 2012 (12 Comunas), Año 2013 (532 Comunas), Año 2014 (386 Comunas), Año 2015 (503 Comunas), Año 2016 (282 Comunas), Año 2017 (161 Comunas), Año 2018 (1.183 Comunas) y en el año 2019 (44 Comunas) (documentos de trabajo presentados por el Ministerio del Poder Popular para la Comunas y Movimientos Sociales) (Web. MINCI).

La novedad que plantea esta investigación, es acercarse a la realidad, al día a día de la comprensión y generación de políticas y gestión pública desde el consejo comunal, y observar si esos procesos de construcción son realmente participativos, o si son impuestos desde otras instancias o instituciones, y cómo son percibidos y ejecutados por la propia comunidad y las vocerías de dicha organización. Se procura entonces, estudiar el proceso de construcción de políticas públicas desde el punto de vista los Consejos Comunales y conocer si son procesos que pueden generar conocimiento a través en situaciones concretas originales.

La experiencia de la democracia participativa a través de los Consejos Comunales en el marco de la Constitución de 1999, es un proceso nuevo y al que los diferentes actores involucrados en este contexto aún se encuentran en esa fase de adaptación, de implantación y también, en cierta medida, de aceptación, de allí la importancia de este proceso no sólo para Venezuela sino para América Latina y la democracia en general.

No se busca determinar derivaciones que puedan aplicarse a cualquier contexto, antes bien, se insiste en la idea, arriba mencionada de Santos, sobre la “demodiversidad” donde se acepta abiertamente la posibilidad de variaciones dado la multiplicidad de factores intervinientes según la comunidad o CC. Lo que impulsa fundamentalmente la presente investigación es entonces, conocer por qué ocurren y cómo ocurren los procesos de participación, de gestión, y de diseño y ejecución de políticas públicas, en una dirección y no en otras.

Por todo lo expuesto, el objetivo central de esta investigación fue: Conocer el desarrollo del proceso de gestión de políticas de los Consejos Comunales del estado Mérida – Venezuela. Llegaremos al objetivo central a través de los siguientes objetivos específicos: 1. Analizar la valoración que tienen los voceros de los CC sobre la democracia y la participación; 2. Examinar cómo se dan los procesos de gestión dentro de un CC; 3. Analizar el proceso de diseño y ejecución de políticas públicas desde un CC; 4. Determinar qué elementos son considerados necesarios y suficientes por la comunidad y los voceros de un CC para que el ejercicio de la participación, gestión y diseño de políticas públicas sea un ejercicio positivo y de cogobierno auténtico.

En este sentido, es importante señalar, que la investigación adoptó como definición de políticas públicas la propuestas de Chac (2002) “Cursos de acción tendentes a la solución de problemas públicos, definidos a partir de la interacción de diversos sujetos sociales, en medio de una situación de complejidad social y de relaciones de poder, que pretenden utilizar de manera más eficiente los recursos públicos y tomar decisiones a través de mecanismos democráticos, con la participación de la sociedad (N/n)”.

 

METODOLOGÍA

La naturaleza de la realidad social

Al abordar el estudio de una organización social, cualquiera que esta sea, el investigador se encuentra con que su naturaleza es cambiante, es multifactorial, compleja y diferenciada, empero, no es este un problema reciente, pues ha ocupado un amplio espacio en la construcción epistemológica en las ciencias sociales. Los paradigmas dominantes (positivismo, neo-positivismo, estructural funcionalismo) no siempre han podido dar respuesta a las ciencias sociales, en tanto la experimentabilidad y reproducción de los llamados “fenómenos sociales” no se pueden replicar con facilidad. Por tal razón coexisten otros modelos que intentan también dar respuestas a los problemas de la humanidad, pero ya desde una perspectiva más humanista y solidaria, siguiendo Boaventura (2009, p. 2) “la ciencia es para nosotros un ejercicio de ciudadanía y de solidaridad, promoviendo así la reinvención de la emancipación social”.

El enfoque cualitativo busca establecer procesos investigativos ya no procedimentales, sino que estos se construyen en el intercambio, desde condiciones históricas y culturales determinadas (Márquez, 2008, pp. 394, 395).

El socio-construccionismo

Como paradigma guía, la presente investigación tomará el socio-construccionismo o construccionismo social[4], modelo que ha sido influido por la psicología social y la sociología del conocimiento. Peter L. Berger y Thomas Luckmann son considerados los precursores de este enfoque cuando en 1966 publican “The Social Construction of Reality”, y fundamentalmente plantean que no solo es importante la generación de conocimiento sino también conocer como ese conocimiento llega a ser socialmente establecido como realidad (C/n):

(…) en la medida que todo conocimiento humano se desenvuelve, se transmite y se mantiene en situaciones sociales, la sociología del conocimiento debe procurar comprender el proceso por el cual esto es realizado, de tal manera que una realidad admitida como cierta, se solidifica para el hombre de la calle (Berger y Luckmann, 1985, p. 14).

El mismo Gergen (2007) advierte que el construccionismo no pretende erigirse como una filosofía única y verdadera, antes bien, lo que busca es expandir y aumentar los recursos “al servicio del bienestar del planeta” (p. 225), mediante procesos dialógicos ya no jerárquico sino heterárquico.

Tipo y diseño de la investigación

La investigación desarrollada combina, descripción, interpretación, análisis y comparación de los hechos observados. Es una investigación de corte transversal, ya que la información fue recolectada en un período de tiempo definido y actual. Es correlacional, ya que determinará las asociaciones entre diferentes categorías de análisis que pueden contribuir a explicar los hallazgos. Está basada en un paradigma integrador de métodos o de metodologías mixtas, que concibe a la metodología como “el área de conocimiento que estudia los métodos generales de las disciplinas científicas, incluye los métodos, las técnicas, las tácticas, las estrategias y los procedimientos que utilizara el investigador para lograr sus objetivos de estudio” (Hurtado, 2015).

La manera en que se obtuvieron los datos fue a través de grupos focales y entrevistas semi-estructuradas. Se seleccionaron 8 CC de la zona metropolitana del estado Mérida (Municipios: Santos Marquina, Libertador, Campo Elías y Sucre)

DISCUSIÓN

De la información recolectada en la elaboración de las entrevistas se recoge la siguiente:

1.    La mayoría de las vocerías que participaron tanto en el grupo focal como en las entrevistas, son mujeres, quedando una correlación de participación de 75% mujeres a 25% hombres.

2.    Ante la pregunta acerca de si ¿sabe qué es el colectivo de coordinación comunitaria? 26 de los 74 voceros respondieron afirmativamente.

3.    La siguiente pregunta sobre ¿Quiénes integran el colectivo de coordinación comunitaria?, el 63% de los entrevistados respondieron: “por los voceros”.

4.    El 52% de los voceros refiere haber oído hablar del ciclo comunal, no obstante, cuando se realizó la siguiente pregunta, ¿Qué es el Ciclo del Poder Popular?, las respuestas fueron dubitativas,

No se encontraron respuestas certeras a la pregunta realizada, pues de lo respondido solo 6 de los CC señalaron que era una forma de organización, no así de planificación, es decir, no mencionaron que era un proceso o una herramienta para la planificación y organización del trabajo comunitario.

5.      Siendo el plan comunitario de desarrollo integral un elemento de suma importancia en el ciclo comunal, en tanto diagnóstico, y un documento exigido, según la LOCC para el financiamiento de proyectos (Art. 51), se preguntó si sabía a qué se refería dicho plan, de lo cual, 31 voceros manifestaron saber y 17 lo desconocían, esto es, 64% a favor de conocer el plan, lo cual es un alto porcentaje.

6.   La siguiente pregunta deriva de la anterior, y aquellos que respondieron conocer del plan se les pregunto entonces ¿para qué sirve el plan? Al responder a esta pregunta los voceros respondieron, en algunos casos, dando dos respuestas, por esta razón las etiquetas de datos están por número de respuestas y no en porcentaje. Destaca el hecho que la respuesta a que el plan de desarrollo sirve para planificar es muy acertada, y en segundo lugar, sirve para formular proyectos, pues un plan de desarrollo bien elaborado da cuenta de las necesidades y justifica en muchas maneras los proyectos a formular.

7.             Finalmente, más de la mitad de los voceros refirieron haber recibido algún tipo de formación de parte de diversas instituciones, a saber: alcaldías, gobernación, Fundacomunal, Consejo Federal de Gobierno, entre las más mencionadas.

DISCUSIÓN DE LOS GRUPOS FOCALES

A continuación, se exponen los puntos más resaltantes obtenidos de los grupos focales:

1. Sin excepción, todos los voceros en todos los CC coincidieron en la importancia de la participación en la democracia, igualmente coincidieron en afirmar la importancia que representa para una comunidad manejar sus propios proyectos y la asignación de recursos para los mismos, no obstante, las dificultades que se les presentan y de las cuales se hará referencia más adelante.

La participación es vista como algo altamente positivo y como una forma eficaz de resolver los problemas de la comunidad, lo cual no significa necesariamente que los índices de participación en términos de asistencias a las asambleas sean altos; incluso, la participación de los voceros no es alta, si se estima que el colectivo de coordinación comunitaria en la mayoría de los casos está por encima de 20 vocerías.

2. En cuanto a los proyectos, 5 de los 8 CC ejecutaron directa o indirectamente proyectos de construcción de viviendas, esto es, se le asignaron recursos a través del Servicio Fondo Nacional del Poder Popular (SAFONAPP) (anteriormente Servicio Autónomo Fondo Nacional de los Consejos Comunales SAFONACC), para que ellos ejecutaran completamente sus proyectos.

Entre las dificultades que se presentan administrativamente en este tipo de proyectos, según cuentan los voceros, están: Alto costo de compra y traslado de los materiales; falta de información para llevar los registros contables; baja participación en las asambleas de ciudadanos; bajo apoyo institucional; recursos insuficientes.

3.             En relación a los procesos de gestión y seguimiento del plan comunitario de desarrollo integral, para la búsqueda de financiamiento de los proyectos, los voceros no siguen ningún procedimiento en específico, simplemente introducen los proyectos ante diferentes instituciones o aprovechan encuentros institucionales o bien para hacer entrega de los proyectos o bien para manifestar una idea de proyecto (que en muchos casos se materializa sin que necesariamente se tenga un proyecto elaborado.

4.              Al hablar concretamente del diseño y ejecución de las políticas públicas, en ningún caso se notó entusiasmo por el tema, como si el concepto no fuera parte de la organización. No obstante, conocen que el CC está llamado a ello, pero prefieren hablar de gestión y de planificación, se percibe mayor comodidad con estos últimos términos.

RESULTADOS

Acercarse a la realidad del día a día de los Consejos Comunales y apreciar de primera mano cómo perciben los voceros los procesos de gestión, planificación y generación de políticas públicas dentro de la organización, ha aportado a la comprensión del estudio y análisis de la participación política en Venezuela. Lo primero que se destaca, es el acuerdo unánime de los voceros en valorarla participación como un elemento altamente positivo para la democracia y de suma importancia para enfrentar los problemas que se presentan en la comunidad. Con el proceso de participación y la conciencia que tienen los ciudadanos en lo importante que esta resulta, se afirma que ha ganado la democracia venezolana en términos de valores.

En relación a la organización y funcionamiento de los Consejos Comunales, y más específicamente, lo concerniente a la comprensión y generación de políticas y gestión pública se pudo observar que: en primer lugar, cada proceso, en cada consejo comunal, es algo inédito, no hay uniformidad, cada organización vive un proceso de gestión y planificación distinto, pasa desde diferentes niveles de participación de la comunidad hasta distintos niveles de motivación y empoderamiento de los voceros participantes. Hay una combinación de procesos que van en dos direcciones, una institucional y otra desde la base. No hay mucha conexión con el término elaboración y ejecución de las políticas públicas, aunque saben que es intrínseco al CC, no obstante, conocen que el CC está llamado a ello, pero prefieren hablar de gestión y de planificación.

Los procesos de construcción en los Consejos Comunales definitivamente son participativos, aunque quizás no con la intensidad o niveles anhelados, deseados o “necesarios”; en esta investigación se evidenció la incidencia de las instituciones gubernamentales en los Consejos Comunales, sin embargo, este es un hecho valorado no como algo negativo, sino que podría responder a un momento histórico de impulso de la participación, lo que habría que esperar es que la dependencia institucional vaya cediendo, en aras de dar mayores espacios de acción a la organización (transferencia de competencias), pero ello dependerá en gran medida de los niveles organizativos, la gestión de las políticas públicas y la capacidad de respuesta a las comunidades.

Los CC, si bien entienden que desde su espacio se pueden generar políticas públicas, todavía falta madurar ese proceso, en tanto lo que se puede considerar como política pública, generada desde ese espacio, no tiene una incidencia grande en el colectivo, no solo por la fuerza de su impulso sino por el impacto en la comunidad, aunque pueden realizar actividades permanentes o esporádicas (recreativas, deportivas, educativas y de salud, por ejemplo) falta más de organización y planificación; en este sentido, se perciben dejos de duda en los voceros, pues en la expresión corporal y en palabras, los voceros reconocen que falta una mayor participación de la comunidad o de la asamblea de ciudadanos, aunado a que muy pocas veces el CC se ve y se siente como una instancia para el ejercicio directo de la soberanía popular, esto es, como una instancia de gobierno (Vid. Ley Orgánica de los Consejos Comunales, art. 1).

La valoración y estudio de estas experiencias de participación de los Consejos Comunales en la democracia venezolana a pequeña escala, más que interesante, resultó esclarecedora, la participación tiene variantes y la multiplicidad de factores que intervienen en cada experiencia, no solo son distintas, sino que hacen que el ritmo de trabajo de cada organización sea diferente, por lo que no se pueden establecer un conjunto de criterios para medir la efectividad o no de cada gestión. Otra vez las palabras de Boaventura de Sousa, sobre la “demodiversidad”, se hacen evidentes.

Se reconoce que, tanto el plan de desarrollo comunitario, como el ciclo del poder comunal, son herramientas fundamentales para avanzar en la organización, planificación y gestión de políticas públicas de los Consejos Comunales; sin embargo, los grupos focales evidenciaron que esos elementos, por muy enunciados que estén en las leyes, no son asumidos indefectiblemente por los Consejos Comunales, bien sea por desconocimiento, o bien porque la dinámica de la organización y la propia comunidad en general no ven en ello un elemento determinante para la solución de los problemas comunitarios.

Otro hecho destacado en el proceso de constitución o actualización de un CC, es que este, no solo es largo sino que algunas veces el acompañamiento del ente rector es lento, y además también tiene un costo financiero por las actas, copias de censo, cédulas de identidad, boletas, entre otras cosas, y si a ello se le suma que las vocerías son electas por dos años, entonces podría suceder que para un vocero o grupo de voceros nuevos e inexpertos en las leyes del poder popular, puede terminar desbordados por el caudal de información y la cantidad de elementos que debe manejar. Evidentemente esta afirmación varía según el contexto y realidad de cada consejo comunal (Ya en 2019, en el denominado “Plan de ofensiva Comunal”, se habla de que, para la renovación de vocerías de los CC, debe ponerse en práctica la simplificación de trámites administrativos).

Igualmente se constató que existen elementos necesarios y suficientes para que el ejercicio de la participación, gestión y diseño de políticas públicas sea un ejercicio más que deseable, positivo y de cogobierno auténtico dentro de un CC; la realidad va imponiendo un ritmo de trabajo, la heterogeneidad en las vocerías y las particularidades de cada comunidad hacen de la participación un ejercicio variopinto, que se traduce en habilidades y destrezas que cada CC debe desarrollar y adaptar.

Aunque los procesos para la generación de la planificación son débiles y las tareas asignadas a los CC son múltiples, tal como se establece en Ley Orgánica de los Consejos Comunales, más las actividades asignadas por diversas instituciones, lo que hace muy laborioso el trabajo de los voceros, incluso desgastante; sin embargo, el considerar a la participación como un elemento importante y fundamental para la democracia, habla de un cambio en la cultura política del venezolano pues entiende que los problemas de su entorno pueden cambiar o ser superados mediante la acción colectiva y participativa.

Hay una mezcla en los procesos de construcción de las políticas públicas, pues en algunos momentos se evidencian muy participativos (por ejemplo, en el caso de los proyectos de vivienda, alimentación, otros) y en otros momentos no tanto; por otro lado, hay procesos que fluyen de arriba hacia abajo, es decir, desde las instituciones y otros que, aunque emergen de la realidad de la comunidad, se dificulta su puesta en marcha, aún con el apoyo de la comunidad. Los procesos orientados desde las instituciones se perciben como positivos en tanto traen beneficios a la comunidad, aunque en algunos casos pueden generar expectativas que no necesariamente se cumplirán.

En su mayoría, los CC han gestionado y ejecutado políticas públicas, no obstante, los CC no las han elaborado, en tanto las acciones a ejecutar en las comunidades parecen ser muy en el corto plazo, paliativas y no son permanentes, (que aunque no sean estables en el tiempo no dejan de ser políticas o acciones de interés colectivo) y por otro lado, estas políticas públicas no siempre son consultadas porque devienen de una orientación directa del gobierno nacional o municipal, y finalmente, no siempre son decisiones que se estructuren como un programa.

Aún falta camino por recorrer en los espacios de participación, y sobre todo madurar y avanzar hacia la cultura de participación como un beneficio colectivo, como un ejercicio de reconocimiento en comunidad. La práctica de una participación pura, colectiva, autónoma, independiente del Estado, partidos políticos y/o instituciones, está momentáneamente lejos del caso de los Consejos Comunales en Venezuela, pues no basta con apuntalar la concreción y ejecución de ciertos proyectos, sino que es menester el manejo de recursos que le den capacidad para maniobrar y autonomía en el funcionamiento de los Consejos Comunales; se cree que el Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley Orgánica para la Transferencia al Poder Popular, de la Gestión y Administración Comunitaria de Servicios, Bienes y otras Atribuciones, apunta en esa dirección. También puede pensarse en si esa participación que se ha llamado “autónoma” responde a un modelo ideal o si es comprensible, deseable y hasta inevitable que tenga ciertos niveles de vinculación política.

Será el tiempo, la experiencia, la práctica, la toma de decisiones políticas, el ejercicio democrático real, los encuentros y desencuentros, los que permitirán perfeccionar el ejercicio de la participación ya sea en el campo del sistema democrático o bien porque se genere un ideal político que supere las expectativas del presente y/o lleve a otro nivel el ejercicio de lo comunitario, de lo colectivo, de la sociedad.

En suma, se logró conocer las perspectivas del proceso democrático en la gestión de políticas públicas de los consejos comunales del estado Mérida, llegando a la conclusión que si hay gestión de políticas públicas, y un acercamiento muy tímido hacia la formulación o elaboración de las mismas, lo cual implica que desde la pre configuración de las instituciones y de los propios CC, debe darse un cambio necesario orientado a fortalecer los aspectos organizativos y de funcionamiento de los CC, y esto pasa por la revisión metodológica de la formación, hacia y desde estas organizaciones comunitarias. Esto requerirá de nuevos estudios que escudriñen y propongan nuevos métodos de formación y recoja de la propia experiencia de los CC lo elementos centrales como: plan de desarrollo comunitario, ciclo del poder comunal, planificación, políticas públicas, entre otros, y que estos puedan ser realmente operativos y efectivas herramientas de trabajo que orienten las acciones del gobierno comunitario.

Conclusión

El aporte en esencia de esta investigación se traduce en la necesidad de revisar los procesos formativos y solicitudes hechas a los CC, en cuanto a responsabilidad y actividades de gobierno comunitario, pues es imperioso un mayor esfuerzo por socializar los conceptos establecidos en la ley, en relación a la planificación, ciclo del poder comunal, plan comunitario de desarrollo integral y por supuesto, políticas públicas. Todo ello redundará no solo en una mayor organización, sino que derivará en un auténtico ejercicio de gobierno, donde se puede garantizar la máxima eficiencia y efectividad de las acciones emprendidas, hecho que repercutirá en las asambleas y por ende en la participación, al crear un ambiente de confianza y bienestar a través de la solución a los problemas del colectivo.

En gran medida los CC han respondido a las instituciones, pero necesitan más espacio y flexibilización para actuar, a la par que la dinámica de la sociedad ocupa la mayor parte del tiempo de las personas, y esto incluye a los voceros, es importante crear mecanismos que aúpen la participación sin asfixiarla, sin descuidar que el ejercicio de contraloría social fluye en varias direcciones, esto es, desde y hacia el CC como organización, por lo que es impostergable el respeto a las normas, instituciones y la aplicación de sanciones cuando sea necesario.

Finalmente, la participación política en Venezuela ha sido un proceso inédito, con marchas y contramarchas, aunque no queda duda en que las soluciones a los problemas de la sociedad tienen en la organización comunitaria un aliado valioso, que, fortalecido a través de las leyes, las instituciones y los valores de una sociedad integra, pueden hacer la diferencia entre una sociedad desigual y una sociedad más justa y equitativa.

 

 

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

 

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[1] Para citar este artículo de investigación:

Gómez, N. (2022) “El proceso democrático en la gestión de políticas públicas de los consejos comunales del estado Mérida - VenezuelaRevista Orinoco Pensamiento y Praxis/ Multidisciplinarias/ ISSN 2244-8314. 11 (15), pp. 23-44.

 

[2] Gómez Ojeda, Noraida, Politóloga, Magister en Ciencia Política por la Universidad De Los Andes. Diploma de Estudios Avanzados de la Universidad de Salamanca - España. Doctora en Ciencias por la Universidad Simón Bolívar, Docente de la Universidad Politécnica Territorial del Estado Mérida “Kléber Ramírez”. Correo electrónico: ojeda767@gmail.com.Teléfono: +58414/7439614. https://orcid.org/0000-0002-7675623X

Recibido 22-03-2022- Aceptado para su publicación 15-07-2022

 

 

 

 

[3] Según este informe, y siguiendo el coeficiente de Gini, América Latina es la región más desigual con un 0.552, frente a Europa con 0.290 y Estados Unidos con 0.334 (PNUD, 2004: 40), situación que se mantiene según el informe de CEPAL, Perspectiva Económica de América Latina 2019.

[4] También se conoce más recientemente como construccionismo relacional (Vid. McNamee S. 2012).

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