BIOPOLÍTICA, PANDEMIA, IDEOLOGÍA Y DERECHOS HUMANOS Autor: Francisco Rodríguez. Ponencia.

Orinoco. Pensamiento y Praxis/ Ano 08 / Nro 12/ Pp. (44-55). Multidisciplinarias/ISSN 2244-8314/ Organismo responsable. Asociación Fraternidad y Orientación Activa/ Editorial. Fondo Editorial ORINOCO Pensamiento y Praxis. Indizada/Resumida en Catalogo Latindex Folio 22927, y adherida a la Red Latinoamericana de Revistas Académicas en Ciencias Sociales y Humanidades (LatinREV) de FLACSO Argentina. Ciudad Bolívar. República Bolivariana de Venezuela.





 
BIOPOLÍTICA, PANDEMIA, IDEOLOGÍA Y DERECHOS HUMANOS Autor: Francisco Rodríguez

Ponencia
 frfrank611@gmail.com Profesor Titular Jubilado de la Universidad de Oriente-Venezuela Escuela de Ciencias de la Salud y Coordinador del Grupo de Investigaciones sobre Violencia Social de Ciudad Bolívar, República Bolivariana de Venezuela.

Cuando hablamos de Pandemia, biopoder y Derechos humanos tenemos que resaltar el carácter contradictorio que la epidemia global tiene con la vida, entendida ésta como cuerpo social más que como una estructura biológica en forma reduccionista.. En este orden de ideas hacemos referencia a la categoría de Darwinismo social como una extensión del Paradigma darwinista aplicado a la vida social y al Sujeto humano. En este sentido partimos de un concepto pivote en la teoría Darwiniana como es el de “Supervivencia del más apto” que finalmente adquiere sentido en la propuesta etnocéntrica y racista de la “Supremacía de la raza aria”. Esta queda justificada simbólicamente en los mitos tecnocráticos que fundamentan a una civilización cuya naturaleza es la Racionalidad tecnocrático-instrumental como es la civilización de la Modernidad tardía. Finalmente hacemos alusión a la noción de la “Nueva normalidad” como meros simulacros del poder de la Biopolítica. Palabras claves: Pandemia, Biopolítica, Ideología, Derechos humanos

BIOPOLITICS, PANDEMIC, IDEOLOGY AND HUMAN RIGHTS Abstract When we speak of Pandemic, Biopower and Human Rights we have to highlight the contradictory nature that the global epidemic has with life, understood as a social body rather than as a biological structure in a reductionist way. In this vein, we refer to the category of social Darwinism as an extension of the Darwinian Paradigm applied to social life and the human Subject. In this sense, we start from a pivotal concept in the Darwinian theory, such as that of "Survival of the fittest" that finally makes sense in the ethnocentric and racist proposal of the "Supremacy of the Aryan race." This is symbolically justified in the technocratic myths that support a civilization whose nature is technocratic-instrumental Rationality, such as the civilization of late Modernity. Finally, we refer to the notion of the "New Normal" as mere simulacra of the power of Biopolitics. Keywords: Pandemic, Biopolitics, Ideology, Human rights BIOPOLITIQUE, PANDÉMIE, IDÉOLOGIE ET DROITS HUMAINS 

Résumé
Lorsque nous parlons de pandémie, de biopouvoir et de droits de l'homme, nous devons souligner le caractère contradictoire que l'épidémie mondiale a avec la vie, comprise comme un corps social plutôt que comme une structure biologique de manière réductionniste. Dans cet ordre d'idées, nous désignons la catégorie du darwinisme social comme une extension du paradigme darwinien appliqué à la vie sociale et au sujet humain. En ce sens, nous partons d'un concept pivot de la théorie darwinienne comme la "Survie du plus apte" qui prend finalement tout son sens dans la proposition ethnocentrique et raciste de la "Suprématie de la race aryenne". Ceci est symboliquement justifié dans les mythes technocratiques qui soutiennent une civilisation dont la nature est technocratique-instrumentale Rationalité comme l'est la civilisation de la Modernité tardive. Enfin, nous faisons allusion à la notion de "Nouvelle Normalité" comme simple simulacre du pouvoir de la Biopolitique. Mots-clés: Pandémie, Biopolitique, Idéologie, Droits de l'homme.

Introducción.
Dada las características societales de la civilización actual la cual se ha convertido en una Civilización global, esta epidemia que está azotando al mundo también se ha convertido en un fenómeno global. En el siglo XIV se desató en Europa una epidemia de peste bubónica denominada la “peste negra” que bien pronto se convirtió en pandemia. La cantidad de fallecidos se calcula en millones y fue en Italia, la región de la Lombardía (qué casualidad porque ahora sucede lo mismo con esta pandemia) en donde la peste bubónica se cebó. A propósito de este hecho histórico, el gran escritor italiano Bocaccio, produjo el Decamerón. En vista de la desolación y la muerte en la ciudad de Florencia, un grupo de jóvenes salen de la ciudad y deciden pasar el tiempo hasta que llegue la muerte, narrando cuentos, comiendo, bebiendo vino y entregándose a toda clase de placeres. También en esa época se vivió además de la epidemia de peste bubónica una verdadera epidemia de miedo al contagio y de temor a la muerte. Hoy, a 7 siglos de estos hechos, el mundo entero vive una pandemia o epidemia global, pero no de peste bubónica sino de Coronavirus. Pero al igual que en tiempos pasados, hoy padecemos paralelamente a la epidemia del virus, una epidemia de pánico. En aquella época, menos regida por la Ciencia-tecnología como estructura social determinante, las causas de la epidemia eran atribuidas a factores mágico-religiosos: como el anuncio del Apocalipsis que significaba la inminente “segunda venida de Cristo” o al castigo de Dios por tanto pecado de la humanidad; por tantos excesos. El Pánico es una epidemia paralela que hace estragos y puede estar siendo administrada por el poder para generar desmovilización y parálisis social. Más que una reacción emocional es un fenómeno social y político de control de las masas. La crisis radical de las estructuras sociales y culturales que caracteriza la Civilización actual ha dejado sin soporte existencial al Yo y a la Subjetividad en general poniendo en situación de desarraigo al Sujeto-individuo; es por ello que la reacción de Pánico de las masas se ha convertido en una segunda epidemia. Por otra parte, dado el predominio de una actitud materialista y orientada compulsivamente al lucro, es el interés económico el que está prevaleciendo por encima de la necesidad de preservar la vida. Muchos gobernantes del mundo han proclamado la necesidad de volver compulsivamente a las actividades económico-productivas sin hacer demasiado caso a la Pandemia. La marcha del proceso de producción capitalista es más importante que la vida y los derechos humanos. Pandemia Vs La vida La Pandemia ha significado un desquiciamiento de todas las instancias sociales en lo que podría ser denominado un hecho social total: economía, política, sociedad, subjetividad, etc. El impacto subjetivo de “muerte súbita” que ha generado “estados de pánico” en la población, se traduce en desmovilización social y parálisis de la acción en la vida cotidiana. El sector de los trabajadores intelectuales no escapan a esta situación de ahí que la producción intelectual haya disminuído drásticamente. Una manera de combatir este fenómeno es a través de la producción intelectual que dé respuesta a la pandemia y al estado de pánico existente. La Pandemia también ha sido un pretexto para que estados autoritarios, incluídos los estados democráticos, hayan profundizado el proceso de control y represión sobre las grandes masas de sectores socialmente desventajados en lo que Foucault denomina la Biopolítica. Igualmente esta Pandemia ha servido también para que los sectores neoliberales que controlan no solo el poder político sino también el económico, hayan manifestado claramente su predilección por la supremacía de la forma valor (valor de cambio) por encima del valor de la vida. La necesidad urgentemente planteada por el poder político y el capital de “normalizar” la situación del proceso económico-productivo independientemente de la letalidad con la cual se ha presentado el virus, nos habla de la visión de superposición del capital por encima de la vida humana. La superposición del interés económico por encima de la necesidad de conservar la vida de cualquier ser humano independientemente de su edad, condición de salud, pertenencia racial o cualquier otro rasgo; expresa la supremacía de la forma valor (capital) por encima del valor de la vida como derecho humano fundamental que constituye un imperativo categórico; vale decir, un “apriori filogenético” determinado por la necesidad de supervivencia del individuo y la especie humana. Estas representaciones consagran el predominio de la racionalidad instrumental o racionalidad de mercado por encima de la racionalidad de la acción comunicativa, así la “vuelta a la normalidad” compulsivamente ha traído “rebrotes” y resurgimiento de la epidemia en los centros del capitalismo superdesarrolado en países en donde había un mejoramiento de la situación epidemiológica. Darwinismo social Vs Derecho a una vida digna Por otra parte, La Pandemia ha brindado una oportunidad para que los líderes de las principales democracias occidentales expresen sus auténticas visiones del mundo con respecto al respeto por la vida humana. Así tenemos que algunos gobernantes europeos manifestaron la idea de que los “abuelos deberían sacrificarse” para que los grupos jóvenes y sanos pudieran vivir. La visión de estos gobernantes concuerda perfectamente con la Biopolítica del III Reich que consideraba que todo grupo racialmente inferior (judíos, gitanos, p.ej.), personas con discapacidad o enfermos, locos, etc., debían de desaparecer para que la “raza aria” conservara su supremacía. Se trata de la ideología de la Supervivencia del “más apto” en la interpretación ideologizada de las hipótesis contenidas en la visión darwinista de la vida. Para Darwin, el orden en la naturaleza supone una lucha constante por la supervivencia y en esta lucha sobrevive el más apto; vale decir, el más fuerte y por supuesto perece el más débil. Estos organismos más débiles coinciden con aquellos que no se adaptaba eficazmente al ambiente. Estos postulados que son válidos para el contexto en el cual se enunciaron (el mundo de la naturaleza) fueron extrapolados por teóricos-ideólogos que los trasladaron fuera de contexto a sociedades gobernadas por regímenes basados en la personalidad autoritaria para establecer una división elemental entre “razas superiores y “razas inferiores”. El ejemplo más ilustrativo en el mundo occidental de esta ideología de la “supervivencia del más apto” lo constituyó el régimen nazi el cual postuló la supremacía de la “raza aria” como ejemplo de una “raza superior” que debía dominar al mundo. Esto sería un “sustituto simbólico” de mitología de la tierra prometida propuesta por Jehová a su pueblo. En este orden de ideas se define al mestizaje como un proceso degenerativo de la especie humana: por lo tanto había que diseñar una estrategia de aniquilación de estos grupos diferentes a la raza aria para crear un “Superhombre” que sería el arquetipo de la superioridad de la raza humana. Igual que la ideología de la “supremacía de la raza aria”, el planteamiento contemporáneo de la “supremacía de la raza blanca” cae dentro de esa doctrina y es aplicada por algunos gobernantes, sobre todo en el contexto de las sociedades industrialmente avanzadas, a las Políticas de salud pública con respecto al combate a la Pandemia. Pandemia y mitos tecnocráticos El mito es ante todo una respuesta imaginario-simbólica a problemas y situaciones de la vida real que generan angustia vital porque constituyen amenazas probables y posibles para la vida del ser humano: desastres naturales, pestes, hambre, dolor, enfermedades y muerte, por ejemplo. Son “suturas imaginarias” y por tanto ideológicas a heridas socio-existenciales reales que amenazan la supervivencia; así como también puede ser entendido como la explicación a problemas cosmológicos como: el origen del universo, de la naturaleza, de la vida, del hombre, etc. Es una forma simbólica que al igual que otras como la filosofía y la ciencia, proveen de explicaciones lógicas a fenómenos naturales y sociales muy importantes para la humanidad que de otra manera quedarían sin explicación; pero mientras que las otras formas simbólicas están fundamentadas en la lógica racional, el mito se funda en lo imaginario-irracional y en el deseo; el deseo de borrar lo malo de la vida. Abordar el mito como determinado por la lógica de la razón constituye un error porque es el imaginario y el deseo de dar respuesta a la irracionalidad de la vida lo que constituye su lógica. En el caso de la epidemia global o pandemia que hoy azota al mundo entero podemos decir que aunque este fenómeno es bien real, sus modos de representación y simbolización por las estructuras mediáticas y el sentido común, están fuertemente asociados con el imaginario y el mito. En primer lugar, tenemos que el mito de la Medicina científico-técnica como única respuesta a los trastornos graves de salud-enfermedad, cae en el contexto de la absolutización de una herramienta que aunque muy importante no puede ser la única. Puesto que la Medicina es una respuesta cultural al problema de la enfermedad, es por lo que creemos que es una respuesta idónea, pero seguramente debe haber otras que desconocemos: Discurso de Autoridad Médica que actúa como una ideología racionalizadora-justificadora-naturalizadora del poder de las estructuras médicas sobre el cuerpo. Como base de este planteamiento está la elevación de la ciencia-tecnología como única respuesta a los problemas de la humanidad. Esto de por sí ya es un mito porque absolutiza y sacraliza una forma simbólica que aunque muy eficaz es herramienta creada por el hombre y por lo tanto no infalible. Lo único infalible son los instrumentos divinos. La Sociedad de la Modernidad ha sacralizado y asignado un status de divinidad a las obras humanas porque habiendo desplazado a Dios del lugar central del universo simbólico de la humanidad, ha colocado en su lugar al hombre. Prueba de ello es que hasta nuevo aviso aún las estructuras científico-tecnológicas de la Medicina todavía no han podido resolver el problema de la pandemia y lo más probable es que no puedan hacerlo de manera absoluta a pesar de la consigna de la OMS de finales del siglo XX de “salud para todos en el año 2000”. El imaginario creado a partir del mito de la omnipotencia de la Medicina llevó a la humanidad a creer que la ciencia-tecnología médica podía erradicar absolutamente las enfermedades, pero no solamente eso sino que se piensa que liberará a la humanidad totalmente del sufrimiento, el dolor y la muerte. Esos mitos, aparte de los imaginarios metafísicos- mágico-religiosos que partiendo de las causas de la pandemia como el producto de los pecados de la humanidad en contra de Dios y de los imaginarios de tipo telúricos como la venganza de la “Pacha mama” por los pecados contra la madre naturaleza, configuran un complejo de mitos que juntos a los de la ciencia-tecnología, constituyen una respuesta mítica al problema de la pandemia. Esto nos revela la persistencia del mito aún en una sociedad racionalista en donde la Ciencia-tecnología es predominante como es la formación social de la Modernidad reciente. La nueva normalidad: simulacros del Poder de la Biopolítica Hablamos de una nueva normalidad con respecto al comportamiento frente a la Pandemia y después que ésta haya pasado o post-pandemia. Rituales de tipo médico-sanitarios que conforman una actitud de prevención: uso de la mascarilla, el ritual del lavado de manos de manera permanente, mantenimiento de la distancia social, incorporación de mecanismos de detección de la infección incorporados al teléfono móvil, etc. Y todo esto puede ser necesario para la prevención en una sociedad de la asepsia y la conjura ritual de las noxas que amenazan la vida pero genera ciertos patrones de comportamiento neurótico basados en el concepto de pureza. La ideología de la “pureza” que tiene su origen en el modelo médico- prescriptivo pero más antiguamente en el racismo, tiene una fuerte connotación racista que remite al etnocentrismo y por tanto al predominio de la civilización occidental como étnicamente superior a cualquier otra civilización. La ética y la higiene son dos fuertes componentes ideológicos de la Modernidad que han permeado por difusión cultural a otras civilizaciones y culturas. Los rituales de la Modernidad reciente, más que religiosos, son de tipo higiénicos y de una sociedad aséptica que incorpora como patologías sociales a todo aquél que se desvía del modelo normativo-prescriptivo: el delincuente, el loco, el enfermo, el socialmente fracasado con respeto al éxito material, el pobre, el negro, etc.; y en el caso de los países del centro del capitalismo mundial, a todo aquél que no es blanco, heterosexual y es de origen mestizo y del Sur. El etiquetamiento negativo y la estigmatización social que derivan de la puesta en práctica de esta Biopolítica, son mecanismos de discriminación y segregación que constituyen ejercicios de violencia simbólica sobre la población que vive ya en una “civilización del riesgo”. La biopolítica es una estrategia de poder y dominación para “desodorizar y fumigar” a la población de toda amenaza de prácticas contaminantes de la raza blanca y por lo tanto aria. En medio de estos procesos y maniobras ideológicas que ha generado la Pandemia, creemos que está emergiendo una “Subjetividad del miedo” ante el peligro externo que no es nueva pero que al calor de esta epidemia global ha emergido con nuevos bríos. En algunos casos, más que miedo, pánico de padecer la enfermedad y la muerte. Los grupos de poder capitalizan este pánico para controlar la población puesto que el miedo excedentario paraliza y desmoviliza a la gente. En el proceso de de-socialización y de-culturación que ha generado esta “nueva normalidad”, algunos rituales sagrados en cualquier cultura como son los funerarios, han sido abolidos prácticamente. “La banalización del Mal” por la influencia mediática terrorífica que a cada paso nos asoma el fantasma de la muerte, induce a pensar que somos unos individuos abstractos que no son capaces de predecir el mínimo acontecimiento, sobremanera el ataque de la Pandemia y que sin saber ni cómo ni cuándo van a caer en la “guadaña” fatídica de la enfermedad y la muerte. Los relatos orales también son testimonios terroríficos de personas o familias enteras que se han infectado. Ahora se hace muy difícil “sacarnos el miedo” que ya se ha incorporado al cuerpo y a la subjetividad porque no solo se ha producido un proceso de subjetivación sino también de corporeización del miedo a la muerte posible y probable. El regreso de visiones del mundo escatológicas y apocalípticas de tipo religiosas están impregnando el ambiente socioemocional e ideológico en esta situación. La afirmación de que todo se debe al pecado en exceso que caracterizan los tiempos contemporáneos y que al igual que Sodoma y Gomorra en la antigüedad, se ha caído en la molicie, la homosexualidad o el sodomismo; por lo tanto la humanidad merece un castigo de los dioses. Conclusiones Ante el fracaso de la Medicina como Racionalidad técnico-instrumental para abatir la amenaza de la Pandemia, se hace necesario recurrir a las potencialidades del grupo humano para generar “comportamientos protectores” y sobre todo a la “pulsión vital “de la pasión de sobrevivencia de la especie humana. Para abordar un tema que por la amenaza real y probable que representa para la humanidad, se presenta como imperativo e ineludible, como es el fenómeno de la Pandemia Tenemos que hacerlo desde una perspectiva que se distancia del enfoque meramente epidemiológico y medicalista para plantear un abordaje fundamentalmente holístico, dialéctico y sociológico.
 Referencias bibliográficas
Foucault, M. (1989). Tecnologías del Yo. Barcelona, Edit. Ibérica, Universidad Autónoma de Barcelona. Foucault, M. (1977). Historia de la Medicalización. Rev. Educación Médica y Salud. (Vol. 11, número 1, OPS-OMS P.p. 3-25) Rodríguez, F. (2006). Subjetividad, Razón médica y Posmodernidad. Cumaná-Venezuela. Coordinación de publicaciones de la UDO. Rodríguez, F. (2020) La Investigación científica hoy. Caracas. Artículo inédito. Sontag, S. (1981) La enfermedad y sus metáforas. Barcelona, Muchnik editores

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