TUTELADOS, EMPODERADOS O CONSCIENTES.
Orinoco. Pensamiento y Praxis/ Ano 06 / Nro 09/ (Junio. Diciembre 2018). Pp. (61-75). Multidisciplinarias/ ISSN
2244-8314/ Organismo responsable. Asociación Fraternidad y Orientación Activa/ Editorial. Fondo Editorial ORINOCO Pensamiento y Praxis. Indizada/Resumida en Catalogo
Latindex Folio 22927, y adherida a la Red
Latinoamericana de Revistas Académicas en
Ciencias
Sociales y Humanidades (LatinREV) de FLACSO Argentina. Ciudad Bolívar. República
Bolivariana de Venezuela. TUTELADOS, EMPODERADOS O CONSCIENTES.
Autora: Elba Yrais
Martínez: [1][1] Email: elbyrais@hotmail.com Ciudad Bolívar.
Estado Bolívar. República Bolivariana de Venezuela.
RESUMEN
Este
trabajo es de carácter reflexivo y eminentemente teórico. Tiene como objeto la
contrastación de cuatro teorías sobre la participación con miras a la
construcción de una teoría de la participación desde la autoconsciencia. La
metodología empleada se basó en la revisión documental de tipo analítico, que
conllevó a triangular los conceptos de cada teoría para la construcción de una
sola matriz. El carácter cualitativo se impone con preponderancia de factores
intersubjetivos (autor-investigador) que actúan como referentes epistemológicos:
Escalones de participación, Tutelados y asistidos, Empoderamiento y Múltiples
Pobrezas. El contraste resulta en coincidencias de procesos y en la
transdisciplinariedad de la Psicología, la Sociología y la Política.
Descriptores:
matriz, construcción teórica, participación, empoderamiento, triangulación.
ABSTRACT
This work is reflective and eminently theoretical. Its
object is the contrast of four theories about participation with a view to the
construction of a theory of participation from the self-consciousness. The
methodology used was based on the documentary review of analytical type, which
led to triangulate the concepts of each theory for the construction of a single
matrix. The qualitative character is imposed with a
preponderance of intersubjective factors (author-investigator) that act as
epistemological references: Stages of participation, Assisted and assisted,
Empowerment and Multiple Poverty. The contrast results in coincidences of
processes and in the transdisciplinarity of Psychology, Sociology and Politics.
Descriptors: matrix, theoretical construction, participation,
empowerment, triangulation.
RESUMO
Este
trabalho é reflexivo e eminentemente teórico. Seu objeto é o contraste de
quatro teorias sobre participação com vistas à construção de uma teoria da
participação a partir da autoconsciência. A metodologia utilizada baseou-se na
revisão documental do tipo analítico, que levou a triangular os conceitos de
cada teoria para a construção de uma matriz única. O caráter qualitativo se
impõe com uma preponderância de fatores intersubjetivos que atuam como
referências epistemológicas: Estágios de participação, Assistidos e assistidos,
Empoderamento e Miséria. O contraste resulta em coincidências de processos e na
transdisciplinaridade da Psicologia, Sociologia e Política.
Descritores:
matriz, construção teórica, participação, empoderamento, triangulação.
DE LAS TEORÍAS EN CONTRASTE.-
Si
se intentan conectar las matrices de las teorías sobre la participación, se
encontrará que todas ellas tienen elementos comunes, características afines y
una base epistémica bastante similar que termina sustentando la mayoría de
estas. La participación nace como estrategia ciudadana y se desarrolla epistemológica
y metódicamente a partir de los estudios en el campo de la Psicología social
hace al menos cincuenta años. Pero, en las Ciencias políticas el tema de la participación
era tratado desde la visión institucional que corresponde a los gobiernos
nacionales y locales, además de que los modelos de Estado se configuran con una
idea definida de lo que debe ser la participación de la población.
La
literatura consultada aporta teorías importantes que explican los elementos a
considerar para tipificar la participación de la ciudadanía. A continuación se
resaltarán las matrices y conceptos centrales de la teoría de los Escalones (Sherry
Arnstein, 1969), la de Tutelados y asistidos (Duschatzky, Silvia, Compilador,
2000), la de Empoderamiento (Montero, Maritza, 2009) y la del tridente de las
Pobrezas de protección, entendimiento y participación (Múltiples Pobrezas, María
Teresa Sirvent, 1998).
Navegar
en estas cuatro visiones aporta considerablemente en descriptores que se
entrecruzan como parte del todo complejo y transdisciplinario que es la participación.
Especialmente define, lo que también interesa en este trabajo, el nivel de
compromiso y de autoconsciencia que existe cuando se participa de una acción pública,
y deja en evidencia la importancia de la transdisciplina como telón de fondo
donde convergen disciplinas humanísticas para explicar un tema psico-social y
político.
La
teoría de los escalones (Arnstein,
1969), se refiere a que el individuo puede pasar por ocho niveles de
participación. Los cuatro primeros son de carácter manipulado y simbólico; es
una forma de no participar participando. Los cuatro restantes, hacia arriba,
como subiendo escaleras, denotan que el individuo va adquiriendo compromiso y
consciencia de participación, sobre todo, de poder de decidir por el destino de
una organización desde adentro, sin intervenciones externas, hasta llegar a la
asociación y al poder de decisión, para lo cual debe pasar por una actitud
colaborativa que no es del todo empoderada.
Un
autor como Vargas Cuéllar (2010:6) en Arnstein (1971) sintetiza esta tipología
de los ocho niveles de participación:
Los
escalones inferiores son (1) la manipulación y (2) la terapia (manifestaciones
promovidas pero no atendidas), ambos describen niveles de “no-participación”
(…). El objetivo real no es permitir a la gente participar en la planeación o
ejecución de programas (…). Los escalones (3) información y (4) consulta,
representan cierto nivel de “simbolismo” que permite a los excluidos el
escuchar y ser escuchados (…). El escalón (5) apaciguamiento (…). La asociación
(6) permite a los excluidos negociar e intercambiar con los actores poderosos
tradicionales (…), el poder delegado (7) y el control ciudadano (8), que
permiten a los excluidos obtener la mayoría de los puestos en la toma de
decisiones.
De
acuerdo a lo descrito, se puede interpretar que existen tres niveles prototipo
de participación: uno, donde se observa,
se es espectador, pero no se participa (la participación
de la “no participación”); dos, la participación
simbólica (cuando se aparenta participar pero no se involucra); y tres, la participación autoconsciente, (cuando
se ejerce la ciudadanía); niveles éstos que van delineando las características
fundamentales de la participación las cuales hay que identificar en otras
teorías que no hablan directamente de tipos de participación pero los alude.
La
teoría de los tutelados y asistidos (Duschatzky,
2000), quiere significar expresamente que los ciudadanos adquieren en su
relación con el Estado, una condición de tutelados o asistidos porque para su
sobrevivencia no pueden valerse por sus propios medios. Esta forma promueve lo
que tradicionalmente se conoce como paternalismo, que coarta “conscientemente”
desde el Estado, la capacidad de construcción de una ciudadanía activa y
competente que a su vez es un caldo de cultivo de subjetividades subalternas y
dependientes de las acciones de los otros.
Esta
tesis posiciona el concepto de ciudadanía
asistida en un escenario de disolución de acciones colectivas; es construida
sobre una articulación entre pobres y un Estado que promueve la pulverización
de organizaciones autónomas o autoconscientes. Ante ello, se erige el concepto
contrario: ciudadanía competente,
que es aquella que se involucra y es autoresponsable de sus decisiones.
Vitaller
(2000:3) evalúa la compilación que hace Duschatzky (2000), en Tutelados y
asistidos, como una crítica al Plan Social Educativo (PSE) de Buenos Aires en
la década de los noventa (90), logrando “abrir una amplia gama de interrogantes
en torno al lugar que ocupan las políticas públicas y los programa sociales en
relación con la construcción de subjetividades subalternas (negritas nuestras)”. Esta aseveración deja en evidencia el
carácter paternalista de las políticas argentinas, dirigidas a la población
excluida y que son perfectamente aplicables a gobiernos que desarrollan
políticas similares con la misma intencionalidad en la región.
La
teoría del empoderamiento o empowerment promovida en América Latina por
Freire (1960) y en Venezuela por Montero Maritza (2003), se refiere al
fortalecimiento de la ciudadanía cuando ésta se involucra en el diagnóstico,
planificación y ejecución de planes, programas y proyectos de desarrollo de sus
comunidades para alcanzar mejor calidad de vida. El fortalecimiento de una
comunidad ocurre cuando, en efecto, la gente participa de sus procesos de
transformación, y la participación es una condición sine qua non para que se logre la consolidación (Montero, 2009:616 en Montero, 2003).
En
el desarrollo del trabajo de la Dra. Montero se evidencia la significación que
le otorga al poder como el arma con la cual los ciudadanos pueden alcanzar sus
propósitos comunitarios. Esto indica que la participación sin expresión de
poder por parte de la gente no se considera participación real, sería una
metáfora de empoderamiento.
La
teoría del tridente, pobrezas de
protección, entendimiento y participación (Sirvent, 1998), se enfoca en las incidencias que los
contextos histórico-políticos producen en los ciudadanos, generando procesos de
desmovilización, de olvido de la memoria histórica y pérdida de la noción de
los cambios sociales que debe tener una ciudadanía; destaca el desamparo que
siente la población que ha sufrido cárcel, represión, maltrato y que ha vivido
en regímenes totalitarios. Toda esta trama se traduce en una anulación o
miserias participativas de la gente, también pueden darse por situaciones
traumáticas personales que sufra algún individuo incidiendo en el grupo. Lo que
sí queda claro en todo esto, es que la participación es una decisión personal
de carácter privado, que solamente incide globalmente si se hacen acciones
colectivas, nunca acciones en solitario.
Madueño
(2013) retoma los conceptos de pobreza de Sirvent (1998) y continúa señalando
que la pobreza de protección se refiere a las huellas de la dictadura: el miedo
que inhibe a participar, miedo a la represión, fantasmas; reaparece el miedo
frente a sucesos actuales; en la pobreza de participación, que interesa para
efectos de este trabajo, se toman en cuenta los procesos de desmovilización,
surgen expresiones como el “no te metas”, reproducción de mecanismos
antiparticipativos (“tener el enemigo adentro”): amenazas, clientelismo,
matonismo, “clima hostil” para la participación social, individualismo y la pobreza
de entendimiento referida al olvido histórico, al cercenamiento del pensar
reflexivo, la naturalización de las injusticias; víctimas convertidas en victimarios, ciertas
formas sutiles de construcción de sentido común inhibitorio.
MATRICES PARTICIPATIVAS EN
CONTRASTE.-
Un
análisis reflexivo conduce a visualizar matrices comunes en estas teorías:
pareciera que hablar de participación simbólica es como referirse a tutelados o
asistidos pero de “otro modo”, a no empoderados o a participativamente pobres. La
promoción de subjetividades subalternas es el mismo proceso de promoción de
ciudadanía asistida, no competente, no empoderada; pobre de participación. De
modo que, esas matrices conforman una sola teoría vista desde perspectivas
distintas y que conducen a subjetividades oprimidas, anuladas, empobrecidas;
puede decirse que se trata de una misma teoría con fines comunes cuales son el
apoderamiento de la ciudadanía para que ésta sea competente y logre su poder de
decisión en los asuntos públicos que conciernen al desarrollo de sus ciudades,
localidades y regiones.
Cuando
una población es capaz de fortalecer su participación puede desarrollar sus
comunidades y entonces sí puede hablarse de participación autoconsciente,
comprometida y con poder de impactar beneficiosamente en sus entornos sociales.
Cuando no, es una subjetividad subalterna que opera así:
SUBJETIVIDADES SUBALTERNAS
Matriz A
Matriz
Matriz de la autora.
2018
Las
subjetividades oprimidas, sojuzgadas, se quedan conformes con tener un Estado paternal
que las subsidie, las tutele, las asista, por esa razón sus niveles de
participación son bajos, a la escala de ser manipulados o parecer que
participan solo por recibir un beneficio, y no procurárselos por sí mismos en
colectivo, son pobres de entendimiento y de compromiso histórico, social y
político. Acá opera la falta de empoderamiento y el tridente de pobrezas
descrito por Sirvent. Eso suele ocurrir en sociedades de baja educación, muy
pobres, con precaria calidad de vida y sin consciencia política, atemorizadas o
anuladas.
Por
el contrario, en sociedades con altos niveles educativos, económicos y sociales,
la participación se concibe como la posesión de una ciudadanía competente aunque
la participación sea baja, como por ejemplo ocurre en países europeos
desarrollados y en algunos latinoamericanos, con un ingreso per cápita de medio
a alto, un buen salario y poder adquisitivo. Se presentará un ejemplo de lo
arriba dicho donde los niveles de participación en países de la región, según
BBC (2013) en ONU (2013), muestran la menor participación y son aquellos que
tienen una mejor calidad de vida.
PAÍSES CON MENOR PARTICIPACIÓN
CIUDADANA.
1.
Costa Rica 41%
2.
Brasil 43,4%
3.
Panamá 44,1%
4.
Argentina 47,1%
5.
Chile 48,4%
Fuente: Informe Nacional sobre
Desarrollo Humano 2013, Costa Rica, ONU.
El
Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) dio a conocer en ese
mismo Informe de Desarrollo Humano (ídem)
que, en Costa Rica, “solo un 14,4% de los costarricenses forma parte de grupos
deportivos, un 13,9% está involucrado en asociaciones comunales, un 5,7%
interviene en sus gremios profesionales y apenas un 2,3% participa activamente
en partidos políticos”, lo que evidencia el poco nivel de participación en
situaciones de carácter individual o grupal orientadas al desarrollo personal.
Podría
decirse, de acuerdo a estas realidades, que la gente no participa tampoco
cuando tiene sus servicios públicos y comunitarios funcionando óptimamente,
además posee buen nivel de ingreso salarial y calidad de vida. Es por ello que
la participación se estudia y se mide con la educación y el nivel de vida. Eso
se comprenderá mejor si se observan con detalle los conceptos claves que se
presentan a continuación.
CUATRO CONCEPTOS CLAVES
Calidad de Vida:
Según la Organización Mundial de la Salud (2002), es la capacidad de vivir
recibiendo poca o ninguna ayuda de los demás.
Bienestar:
Posesión de bienestar subjetivo: (a) Aspectos afectivos-emocionales (referido a
los estados de ánimo del sujeto); y (b) Aspectos cognitivos valorativos o
evaluación de satisfacción que hace el sujeto de su propia vida.
Nivel de vida:
Crosby (2006): implica oportunidades de educación, empleo, condiciones
económicas de la vivienda, nutrición, entre otros.
Satisfactores:
Según Roger (2008: 24) no son los bienes económicos disponibles, sino que están
referidos a todo aquello que, por representar formas de ser, tener, hacer y
estar, contribuye a la realización de las necesidades humanas. Pueden
incluirse, entre otras cosas, formas de organización, estructuras políticas,
prácticas sociales, condiciones subjetivas, etc.
Parecen
claros dos asuntos: uno es participar para el logro, y no participar porque se
posee un buen nivel de vida o, por desmovilización y miedo de una población, o
sujeción a la asistencia estatal. En todos estos casos operan la calidad y el
nivel de vida, el bienestar y los satisfactores.
Todos
estos conceptos dejan en evidencia que cuando un ciudadano es capaz de lograr
satisfacer sus necesidades por medios propios, posee una buena calidad y nivel
de vida; no requiere asistencia de ningún ente público o persona. Cuando un
ciudadano requiere de ayuda constante y no puede valerse del todo por sí mismo,
su calidad y nivel de vida disminuyen a la par de su bienestar y satisfactores.
HERRAMIENTAS PARA LA PARTICIPACIÓN
Las
herramientas para la participación son muchas. Según la literatura, la más
conocida a nivel mundial es la asociación u organización para el logro. Se
trata de estrategias que le proporcionan al ciudadano el cómo formar parte de
logros colectivos con poder de decisión. Hay formas más indirectas de
participación de la ciudadanía a través del pago de impuestos que cubrirán el
mantenimiento y funcionamiento de los servicios públicos y comunales de los
cuales él goza. Sin embargo, hay países que tratan de empoderar al ciudadano de
herramientas para hacerlos coparticipes de una gestión y brindar un poco más de
apertura democrática. En este caso se crean leyes y herramientas como:
Los
planes participativos, presupuestos participativos, diagnósticos
participativos, jurados ciudadanos, muchos de estos últimos llevados a cabo en
ciudades británicas, españolas y latinoamericanas como Chile, Argentina y
Venezuela. En Venezuela se sancionaron muchas leyes del Poder Popular:
Ley
de los Consejos Comunales creada el 2006
Ley
de Comunas el 2010
Ley
Orgánica del Poder Público Municipal (2005)
Ley
de los Consejos Locales de Planificación Pública (2002).
PERVERSIONES DE LA PARTICIPACIÓN
Así
como la participación tiene promotores, pueden hallarse sus detractores porque,
en sí las perversiones no son inherentes a la participación misma sino a
quienes hacen “uso” de ella, o la conducen en determinados procesos sociales y
políticos. Según se ha observado, la participación es una herramienta positiva
para el crecimiento individual y colectivo. En su desarrollo se pervierten los
procedimientos tornándolos dañinos al modelo de gobierno democrático que las
promueve.
Las
perversiones de la participación pueden resumirse así:
ü Ineficiencia
ü Burocratismo
ü Caciquismo
ü Partidocracia
(mitos, centralismo, clientelismo político, paternalismo, autoritarismo).
RELACIÓN DE CONTRASTE SOBRE PARTICIPACIÓN: PASIVA VS
ACTIVA EN PAÍSES CON CALIDAD DE VIDA POR DEBAJO DE LO NORMAL.
2018.-
Participante
pasivo
|
tutelado
|
Pobre
de entendimiento
|
No
empoderado
|
Calidad
y nivel de vida bajos
|
Ciudadanía
pasiva
|
Participante
activo
|
autónomo
|
Riqueza
de entendimiento
|
Empoderado
|
Calidad
y nivel de vida óptimos
|
Ciudadanía
activa
|
De la autora.
2018.
PARTICIPACIÓN Y TRANSDISCIPLINA.-
Según
la gráfica anterior, el cruce de categorías conduce a una postura emergente
donde el ciudadano en la mayoría de los casos actúa pasivamente. La activación
ciudadana va acorde a procesos autoconscientes y riqueza de entendimiento. Tal
dicotomía surge de los conceptos claves de las teorías revisadas y analizadas
previamente, que conducen a un planteamiento teórico que
postula la necesidad de promover el fortalecimiento de la participación o empoderamiento
y que éste corra parejo con una ciudadanía competente.
En
los acontecimientos sociales y políticos que implican participación ciudadana
se generan comportamientos disímiles que pasan por participación consciente
siendo, como se ha visto, simbólica; es por ello que el tema de la
participación se mueve entre la Psicología, la Política, la Sociología y las
Políticas públicas.
Es
un tema transdisciplinario, rizomático, por sus tantas vertientes. A decir de Fernández
(2015:1), “la primera acción del rizoma es “fugarse” del territorio de las
disciplinas (…) comunicarse transversalmente con dominios diversos”. En este
orden, no se ancla en la Psicología social o comunitaria, sino que se desplaza
enriqueciéndose desde miradas e interpretaciones políticas, administrativas y
sociológicas de los procesos, llevándolos hasta lo que hoy es una temática que
se encuentra en la palestra de todas las sociedades mundiales.
CONCLUSIONES
Este
trabajo sobre las diversas teorías de la participación permitió identificar
matrices comunes entre las posiciones trabajadas, cual es el caso de los
conceptos de “tutelados”, “asistidos”, “pobres de entendimiento”, “pobres de
participación” y “manipulados”. La propuesta teórica está enmarcada en la
participación pasiva y activa desde estos mismos referentes teóricos que
coinciden con el de “ciudadanía competete” y “empoderada”.
El
tema de la participación y su fortalecimiento requiere de la convergencia de
disciplinas humanísticas para su comprensión, abordaje y desarrollo, lo que da
lugar a un proceso transdisciplinario entre la Psicología Social, la
Sociología, la Politica y la Políticas públicas (administración).
Así
mismo, se concluye que el objetivo de las estrategias participativas es la
organización para la consecución de logros colectivos y que cuando un Estado no
promueve la participación activa es porque no tiene intereses democráticos y
por ello se desarrollan las subjetividades subalternas que descansan en el
dadivismo y/o paternalismo.
Los
vicios de la participación pertenecen a sus practicantes, las perversiones son
inherentes a los hombres, a sus prácticas erróneas y desviadas de la esencia de
la participación como búsqueda de mejoramiento y fortalecimiento de la calidad
y el nivel de vida de los ciudadanos.
La
autoconsciencia participativa es una decisión privada producto de un nivel
educativo y cultural que genera convicciones de acción hacia lo público, por lo
que se requiere de poder de decisión y empoderamiento.
REFERENCIAS
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Duschatzky,
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Roger,
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Ussher,
Margarita (2008). Complejidad de los procesos de Participación Comunitaria. XV
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del Mercosur. Facultad de Psicología. Universidad de Buenos Aires, Buenos
Aires.
Vargas
Cuéllar, Marcos (2010) Niveles de participación ciudadana en las políticas
públicas: Una propuesta para el estudio de mecanismos institucionales de
participación. Revista Académica de Investigación Tlatemoani. Universidad
Autónoma de San Luis Potosí. Campus Huasteca.
[1]
Licenciada
en Educación, mención Preescolar, egresada de la Universidad Nacional
Experimental Simón Rodríguez (2000). Especialista en Gerencia Educacional de la
Universidad Pedagógica Experimental Libertador (2006, IMPM). Doctorando en Ciencias
para el Desarrollo Estratégico, con una investigación doctoral en el área de
Organización Comunitaria y Poder Popular, en proceso de discusión de su tesis
sobre Participación Popular: La participación: Una construcción desde la
autoconsciencia.
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